80. Adoración
No es necesario ir a la iglesia, al templo o
a la mezquita; allí donde estéis, sed dichosos, y allí estará el templo. El
templo es una creación sutil de vuestra propia energía. Si sois dichosos,
creáis el templo a vuestro alrededor, una determinada aura, una luz, una fragancia.
En los templos simplemente
hacemos cosas falsas. En los templos ofrecemos flores que no son nuestras; las
tomamos prestadas de los árboles. Ya fueron ofrecidas por Dios a los árboles y
en ellos estaban vivas; las habéis matado, habéis matado algo hermoso, y ahora
le estáis ofreciendo esas flores asesinadas a Dios y ni siquiera os sentís
avergonzados.
He observado, en particular en
la India, que las personas no toman las flores de sus propias plantas, las
recogen de las de sus vecinos, y nadie puede impedírselo, porque este es un
país religioso y recogen flores con propósitos religiosos... no se les puede
decir que no. La gente enciende luces y velas, pero no son suyas; la gente
quema incienso y surge la fragancia, pero todo es prestado.
El verdadero templo se crea
mediante la felicidad... y todas estas cosas comienzan a suceder por cuenta
propia. Si sois felices, descubriréis que unas flores están siendo ofrecidas,
pero dichas flores son de vuestra conciencia; hay luz, pero esa luz surge de
vuestra propia llama interior; hay fragancia, pero esa fragancia corresponde a
vuestro Ser. Esa es la verdadera adoración.
Osho