345. Sin hogar 11.12
La dicha nunca tiene hogar; es vagabunda. La
felicidad tiene un hogar, también la infelicidad, pero no la dicha. Es como una
nube blanca sin raíces en ninguna parte.
En cuanto establecéis raíces,
la dicha desaparece y empezáis a aferraros a la tierra. El hogar significa
seguridad, comodidad, conveniencia. Y al final, si todas estas cosas quedan
reducidas solo a una, el hogar significa muerte. Cuanto más vivo estáis, más
sin hogar os encontráis.
Ese es el sentido básico de
ser un buscador: significa vivir en peligro, vivir en la inseguridad, vivir sin
saber qué vendrá a continuación. Significa estar siempre disponible y siempre
abierto a la sorpresa. Si se os puede sorprender, estáis vivos. Por eso un niño
se encuentra más vivo que un anciano. Al anciano no se lo puede sorprender. Ha
perdido la capacidad de asombro, y debido a eso también ha perdido la vida.
Asombrarse y vagar vienen de
la misma raíz (1). Una mente fija se vuelve incapaz de asombrarse porque ya ha
perdido la capacidad de vagar. Así que si sois vagabundos, como una nube, cada
momento os aportará sorpresas infinitas.
Permaneced sin hogar. Eso no
significa no vivir en una casa. Simplemente que nunca os apeguéis a las cosas.
Aunque viváis en un palacio, no os apeguéis a eso. Si llega el momento de irse,
os vais... sin mirar atrás. Nada os retiene. Utilizáis todo, disfrutáis todo,
pero seguís siendo el maestro.
1 En inglés, asombrarse wonder; y
vagar, wander: (N. del
T)
Osho -
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