Haz con lo demás lo que quisieras que hicieran contigo. Dedica un tiempo
a pensar en esta ley y a continuación actúa según ella. A medida que la pongas
en práctica, encontrarás que todo egoísmo y preocupación propia desaparecen, y
tu amor por tus semejantes ocupará el primer lugar. Es pensando y viviendo para
los demás cuando se encuentra la verdadera libertad y felicidad. Cuando estás
en ese alto estado de conciencia, cualquier cosa puede suceder, pues la vida
fluye libremente sin obstrucción alguna. Niégate a ver obstrucciones; mira sólo
las oportunidades. Cuando estés equivocada, corrige tu error y
aprende de todas las cosas. Hay
una respuesta a cada problema; busca hasta haberla encontrado. Tu búsqueda no
ha de ser en vano, pues si buscas cada respuesta de un modo diligente, con toda
seguridad darás con ella. Pero, recuerda, no esperes que todo te venga a las
manos sin jugar tu parte y hacer lo que sabes que has de hacer. Yo ayudo a las
almas que se ayudan a sí mismas.
Eileen Caddy (la Voz Interior)
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