200. Inseguridad
El hombre es una flor frágil. Cualquier
piedra puede aplastarlo. Cualquier accidente, y desaparecéis. Una vez que
entendéis esto...
Aunque sintáis mucho miedo,
¿qué hacer? La noche es oscura, el camino desconocido, no hay ninguna luz que
lo ilumine, nadie que os guíe, ningún mapa, entonces, ¿qué hacer? Si os gusta
llorar, llorad, pero eso no ayuda a nadie. Mejor aceptarlo y tantear en la
oscuridad. Disfrutad mientras sois. ¿Por qué perder tiempo en busca de
seguridad cuando esta no es posible? Esta es la sabiduría de la inseguridad.
Una vez que la entendéis, que la aceptáis, quedáis liberados del miedo.
Sucede siempre en el frente de
guerra, cuando los soldados salen a combatir, que los domina el miedo, porque
la muerte los espera. Quizá jamás regresen. Tiemblan, no pueden dormir, sufren
pesadillas. Una y otra vez sueñan con que los han matado o mutilado. Pero en
cuanto llegan al frente, todo el miedo se desvanece. En cuanto ven que la
muerte está aconteciendo, que la gente muere, que otros soldados han muerto,
que sus amigos puede que estén muertos, que las bombas caen y las balas
silban... en menos de veinticuatro horas se asientan, el miedo desaparece. Lo
aceptan; empiezan a jugar a las cartas mientras a su alrededor silban las
balas. Beben té y lo disfrutan como nunca antes lo han disfrutado, porque puede
que sea su última taza. Bromean y ríen, bailan y cantan. ¿Qué hacer? Cuando la muerte
está ahí, está ahí.
Eso es inseguridad. Aceptadla,
y entonces desaparecerá.
Osho - DÍA A DÍA,
365 meditaciones para el aquí y el ahora.
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