206. Unión
Empezad a establecer tantos contactos con la
existencia como os sea posible. Sentaos junto a un árbol, abrazadlo y sentid
que os estáis reuniendo y fundiendo con él. Nadad, cerrad los ojos y sentid que
os estáis fundiendo con el agua; dejad que baya una unión.
Encontrad medios en los que
podáis relajaros y uniros con algo. Cuanto más unáis vuestra energía con alguna
otra energía, de cualquier forma -un gato, un perro, un hombre, una mujer, un
árbol-, más cerca estaréis del hogar. Es una tarea agradable, extática.
En cuanto lleguéis a sentirlo,
en cuanto le hayáis tomado el gusto, os sorprenderá lo mucho que os habéis
perdido en la vida. Cada árbol junto al que habéis pasado podría haberos
ocasionado un gran orgasmo, y cada experiencia -un crepúsculo, un amanecer, la
luna, las nubes en el cielo, la hierba en la tierra-, todas estas cosas podrían
haber sido una y otra vez grandes experiencias extáticas. Tumbado sobre el
césped, sentir que os convertís en uno con la tierra. Fundíos con la tierra,
desapareced en ella; dejad que os penetre.
Esta es una meditación:
alcanzad la unión a través de todos los medios que podáis. Dios tiene diez mil
puertas y está disponible desde todas partes. Pero solo está disponible en un
estado de unión. Por eso es por lo que a veces los amantes llegan a conocer la
meditación en el orgasmo profundo. Es una de las formas de crear unión, pero es
únicamente una de las muchas formas que hay; de hecho, hay millones. Si uno se
dedica a buscar, no hay final.
Osho - DÍA A DÍA,
365 meditaciones para el aquí y el ahora.
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