215. Energía
Cuando el árbol está a rebosar
de vitalidad, florece. Las flores son un luyó. Solo cuando tenéis mucho y no podéis contenerlas, se manifiestan
hacia fuera.
La espiritualidad es un florecimiento, es el lujo definitivo. Si estáis a rebosar
de vitalidad, solo entonces algo como una flor dorada florece en vosotros.
William Blake tiene razón al manifestar que la energía
es deleite. Cuanta más energía tengáis,
más deleite experimentaréis.
La desesperación surge por una pérdida
continuada de energía;
y las personas han olvidado
cómo contenerla. En mil y un pensamientos, preocupaciones, deseos, imaginación, sueños,
recuerdos... la energía
se pierde. Y también
en cosas innecesarias que se pueden evitar. Cuando no hay necesidad de hablar, la gente sigue hablando. Cuando no hay necesidad de hacer nada, no es capaz de permanecer
sentada en silencio. Tiene
que «hacer».
Las personas
están obsesionadas con hacer, como si ello fuera algo que embriagara; las mantiene
borrachas. Permanecen ocupadas
para no tener tiempo para pensar sobre los verdaderos problemas de la vida. Se mantienen
atareadas para no tropezar
consigo mismas. De lo contrario, tienen miedo al abismo que se abre en su interior. Así es como la energía no cesa
de filtrarse y el motivo por el que
nunca tenéis suficiente.
Hay que aprender a desprenderse de lo innecesario. Y el noventa por ciento de la vida corriente es innecesario; se puede dejar con facilidad. Hay que ser casi telegráfico, mantener
justo lo esencial, y os quedará tanta energía
que un día, de pronto, comenzáis a florecer,
sin ningún otro motivo.
Osho - DÍA A DÍA,
365 meditaciones para el aquí y el ahora.
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