251. COMO UN TERMOSTATO
08.09
Se nos ha enseñado a no perder jamás el
control por nada -en la risa, en el llanto, en el amor, en la ira-, a no ir
jamás más allá del límite.
Para todo hay un límite y solo
se nos ha permitido llegar hasta dicho límite, luego debemos contenernos. Tras
un prolongado condicionamiento, se convierte en algo casi automático, como un
termostato. Llegáis hasta cierto punto y de pronto algo se activa en el
inconsciente. Algo hace clic y os detenéis.
Yo enseño el descontrol,
porque solo en el descontrol seréis libres. Y cuando la energía se mueva
espontáneamente sin una mente detrás que la manipule, que la dirija, que le
dicte órdenes, entonces se produce una tremenda felicidad.
Los árboles son más felices;
existen en un plano inferior, pero son más felices. Y lo mismo le sucede a los
animales; existen en un plano inferior pero son más felices. Y el motivo es que
no saben cómo controlarse.
El hombre puede ser más feliz
que los árboles y las flores y los pájaros, pero debe evitar una trampa, y esta
es la trampa de controlarse.
Osho - DÍA A DÍA,
365 meditaciones para el aquí y el ahora.
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