Cuando llegues a darte cuenta
de las horas de práctica que un buen pianista ha de emplear cada día antes de
actuar en un concierto excelente, empezarás a entender por qué tienes que estar
alerta para ser capaz de llevar esta vida espiritual tal y como de verdad se ha
de vivir. Eso no quiere decir que tengas que estar en tensión, sino que tienes
que estar continuamente vigilante y darte cuenta de todo lo que ocurre, y de un
modo muy especial al principio. Al igual que un pianista que practica para
perfeccionarse tiene que volver una y otra vez sobre determinado fragmento
musical especial- mente difícil antes de sentirse satisfecho, también tú has de
volver una y otra vez sobre el mismo tema, aprendiendo las mismas lecciones
para que formen parte de ti hasta tal punto que no puedas separarte de ellas,
porque están grabadas en ti. Recuerda, nadie puede vivir esta vida por ti;
nadie puede practicar en tu lugar. Sólo tú puedes hacerlo. ¿Por qué, pues, no
empiezas a hacerlo ahora?
La Voz
Interior Eileen Caddy
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