MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA
DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL,
AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN
Queridos hijos:
Que la Paz de Jesús esté en
sus corazones para que, en este tiempo, ustedes aprendan a vivir el fin de los
ciclos.
Hoy los ilumino con Mi
Estrella de Luz de Belén. He venido para pedirles y anunciarles que el día 30
de noviembre quisiera ver en todos los hogares, lugares de trabajo, así como en
cada Monasterio de la Orden, el Pesebre de la Sagrada Familia.
Para eso, hoy le entrego la
misión a cada uno de sus corazones para que se comprometan a colaborar en la
manifestación del Pesebre de la Sagrada Familia, a fin de que en cada espacio
de oración él esté presente para bendecirlos.
Deseo que el lugar que ustedes
mismos escogerán para colocar el Sagrado Pesebre, sea adornado preciosamente
con guirnaldas navideñas, creando así un espacio sagrado de adoración y de
contemplación.
Con este pedido, Mi aspiración
es que desde el 1° de diciembre hasta la Natividad de vuestro Señor, oren, por
lo menos tres veces al día, la oración, una vez entregada, al Divino Pesebre de la Sagrada
Familia.
Deseo que especialmente en las
Comunidades, durante esos días, se trabaje en oración a los pies del Sagrado
Pesebre de Belén para que los corazones recuerden, en este ciclo, la
importancia de fecundar el espíritu de la fraternidad, de la solidaridad y de
la compasión entre los seres.
Deseo, hijos Míos, que los que
acepten llevar adelante el cumplimiento de este pedido de su Madre Celeste
sepan que, desde el 1° de diciembre hasta la fecha de la Natividad de Jesús,
estaremos trabajando juntos en la reconstrucción del espíritu del amor en las
familias del mundo como también en la cura del odio, del rencor y del desamor
que es generado diariamente entre los servidores del camino espiritual y en las
familias más apartadas de Dios.
Quisiera ver a los corazones
humildes preparando en sí mismos, todos los días, el renacimiento del niño
interior para que la humanidad sea curada al menos de la indiferencia y de la
omisión.
Bienaventurados serán los que
cumplan el pedido, porque Dios verá cuán grande puede ser el amor en sus
corazones.
¡Les agradezco por responder a
este importante pedido!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de
la Paz
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