23. Cosas esenciales
La meditación significa ser uno mismo, y el
amor significa compartir el propio ser con otra persona. La meditación os da el
tesoro, y el amor os ayuda a compartirlo. Estas son las dos cosas más básicas,
y todo lo demás no es esencial.
Hay una antigua anécdota
acerca de tres viajeros que llegaron a Roma. Fueron a ver al Papa, quien le
preguntó al primero: «¿Cuánto tiempo te vas a quedar?». El hombre respondió
tres meses. El Papa dijo: «Entonces podrás ver bastante de Roma». En
contestación al tiempo que iba a quedarse el segundo viajero, repuso que solo
podía permanecer seis semanas. El Papa comentó: «Entonces podrás ver más que el
primero». El tercer viajero anunció que únicamente podría quedarse dos semanas
en Roma, a lo que el Papa indicó: «Eres afortunado, porque serás capaz de ver
todo».
Quedaron desconcertados...
porque no entendían el mecanismo de la mente. Pensadlo; si tuvierais una vida
de mil años, os perderíais mucho, porque no dejaríais de postergar cosas. Pero
como la vida es corta, uno no puede permitirse el lujo de posponer. Sin
embargo, la gente lo hace... y a su propio riesgo.
Imaginaos que alguien os
dijera que solo os queda un día de vida. ¿Qué haríais? ¿Seguiríais pensando en
cosas innecesarias? No, lo olvidaríais todo. Amaríais, rezaríais y meditaríais,
porque únicamente os quedan veinticuatro horas. No postergaríais las cosas
verdaderas, las cosas esenciales.
Osho