Eternidad 14.07


 195. Eternidad
La eternidad no es la continuidad del tiempo para siempre. Ese es el sentido que aparece en los diccionarios: por siempre jamás. Pero para siempre es parte del tiempo... de un tiempo prolongado indefinidamente, pero sigue siendo tiempo. La eternidad es salirse del tiempo; es atemporal, sin tiempo.
El momento presente es la puerta a la eternidad. El pasado y el futuro son parte del tiempo. El presente no es parte del tiempo... el presente se encuentra entre los dos, entre el pasado y el futuro. Si estáis absolutamente alertas, solo entonces os halláis en el presente; de lo contrario, no dejáis de perdéroslo. Si no estáis alertas, cuando lo estéis ya habrá pasado, se habrá convertido en pasado; es muy veloz.
De modo que entre el pasado y el futuro hay una puerta, una abertura, un intervalo -el ahora- que es la puerta a la eternidad. Solo en esta es posible la felicidad: en el tiempo, en el mejor de los casos, está el placer; en el peor, el dolor, pero ambos son fugaces. Su naturaleza no es diferente. El dolor viene y va, el placer viene y va. Son burbujas de agua momentáneas.
La felicidad carece de contrapartida. No es una dualidad de placer y dolor, de día y noche. Es no dual, no tiene opuesto. Es una trascendencia. Intentad estar cada vez más en el presente. No os adentréis demasiado en la imaginación y la memoria. Siempre que os encontréis adentrándoos en la memoria, en la imaginación, devolveos al presente, a lo que estáis haciendo, adonde estáis, a quienes sois. Regresad una y otra vez al presente. Buda lo llamó la evocación de uno mismo; en esa evocación entenderéis poco a poco lo que es la eternidad.
Osho  - DÍA A DÍA,  365 meditaciones para el aquí y el ahora. 

Julio 14

Todo ha de crecer y expandirse. No querrías seguir siendo una niña toda la vida, teniendo que ser alimentada y vestida y que te lo hicieran todo. Si observas un niño, verás cómo desea cambiar y cómo quiere intentar cosas nuevas. En todo momento está experimentando y aprendiendo, creciendo y expandiéndose. Ese es el proceso natural de crecimiento, de cambio. Un niño no tiene que luchar para hacerlo; viene de un modo muy natural. Así también con el desarrollo de la Nueva Era, que está justo aquí contigo ahora. No es necesario que luches para entrar en ella; no es necesario que temas lo desconocido; no es necesario que te preocupes de la rapidez de los cambios y de la expansión a tu alrededor. Anhela con auténtica dicha y expectación lo que quiere manifestarse. Nada es demasiado grande, nada es demasiado maravilloso, nada es imposible. Contempla cómo Mis maravillas se despliegan en auténtica perfección, y da eternas gracias.
Eileen Caddy - La Voz Interior

13 dic - Sta Filomena