166 Fortaleza
Uno puede apegarse demasiado a un refugio, a
una protección, pero eso no os brindará fortaleza. Esta siempre llega cuando os
enfrentáis a situaciones duras, contrarias, que os distraen.
En la Antigüedad la gente
solía irse a los monasterios, al Himalaya, a cuevas remotas, donde alcanzaba
una cierta paz. Pero esa paz era barata, porque siempre que regresaba a las
praderas, al mundo, dicha paz de inmediato se hacía añicos. Era demasiado
frágil y la gente le tomaba miedo al mundo. De modo que se trata de una especie
de escapatoria, no de desarrollo.
En lo que insisto es en
aprender a estar solos, pero jamás os aferréis demasiado a vuestra soledad,
para que no perdáis la capacidad de relacionaros con otros. Aprended a meditar,
pero no os vayáis a un extremo. De modo que seáis incapaces de amar. Estad en
silencio, en paz, quietos, pero no os obsesionéis con ello, de lo contrario no
podréis enfrentaros al mundo, al mercado.
Es fácil permanecer en
silencio cuando se está solo. Cuesta guardar silencio cuando se está con gente,
pero hay que encarar esa dificultad. Una vez que estéis en silencio con otras
personas, lo habréis conseguido; entonces ya nada puede destruirlo.
DÍA A DÍA, 365 meditaciones para el aquí y el ahora. Osho