Mujer sabia

Una mujer sabia que viajaba por las montañas, encontró una piedra preciosa en un arroyo.
Al día siguiente se encontró con otro viajero que estaba hambriento, y la mujer sabia abrió su bolsa para compartir su comida.
El hambriento viajero vio la piedra preciosa y le preguntó a la mujer si se la daba. La mujer lo hizo sin dudar.
El viajero partió, alegrándose de su buena fortuna. Él sabía que la piedra valía lo suficiente para darle seguridad por toda la vida.
Pero unos días más tarde volvió a devolverle la piedra a la mujer sabia.
"He estado pensando", dijo, "lo que vale la piedra, pero te la devuelvo con la esperanza de que me puedas dar algo aún más precioso.”
Dame lo que tienes dentro de ti que te permitió darme la piedra.
El verdadero tesoro está en el cofre de nuestro corazón. Tú y yo somos el reflejo de lo que tenemos dentro… 
Lo que cultivamos en nuestro interior, lo que mora en nuestra alma, en nuestro espíritu, y vale muchísimo más que todo el oro, la plata y las piedras preciosas que existan en este mundo.
Anónimo

Enero 4

Enero 4 
¿Qué significa para ti vivir según la fe? ¿Dónde reside tu seguridad? ¿En las personas? ¿En la cuenta bancaria? ¿O se encuentra firmemente enraizada y fundamentada en Mí, el Señor tu Dios, la divinidad en ti? Tómate un tiempo para considerarlo y sabrás con exactitud y sin el menor asomo de duda dónde yacen tu fe y tu seguridad. ¿Puedes dar un gran paso en tu vida, con gozo y sin miedo, aun cuando no parezca haber seguridad externa alguna?. Cuando sabes que una cosa es correcta ¿puedes hacerla sin titubear? ¿Puedes poner tu mano en la Mía de una manera confiada y decir “Hágase tu voluntad”, y decirlo de verdad, con todo tu corazón y toda tu alma, y dar ese salto a lo desconocido, dispuesta a aceptar lo que venga? El único modo de construir la fe es dar esos pequeños pasos, incluso vacilantes, para después dar pasos mayores hasta que tu fe sea tan grande que puedas dar grandes saltos en lo desconocido sabiendo que YO ESTOY contigo siempre.

- Eileen Caddy

Un Lugar De Ecos

4 - Un Lugar De Ecos

El mundo es un lugar de ecos si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos
El amor no debería ser exigente; de lo contrario, pierde sus alas, no puede volar. Se enraíza en la tierra y se vuelve muy terrenal; entonces es lujuria y proporciona mucha desdicha y gran sufrimiento. El amor no debería ser condicional, no habría que esperar nada de él. Él mismo debería ser su razón de ser, no una recompensa o resultado. Repito, si tiene algún motivo ulterior, vuestro amor no puede convertirse en un cielo abierto. Se ve confinado a ese motivo; el motivo se convierte en su definición, en su límite. El amor sin motivo carece de límites: es puro júbilo, exuberancia, es la fragancia del corazón.

Y que no haya deseo de conseguir ningún resultado, no significa que estos no tengan lugar; acontecen, y multiplicados por mil, porque aquello que le damos al mundo, nos vuelve rebotado a nosotros. El mundo es un lugar de ecos: si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos. Pero ese es un fenómeno natural, no hace falta pensar en ello. Se puede confiar: acontece por su cuenta. Esta es la ley del karma: se recoge aquello que se siembra; lo que se da es lo que se recibe. Así que no hay, necesidad de pensar en ello, es algo automático. Odiad, y os odiarán. Amad, y os amarán.
Osho

13 dic - Sta Filomena