Cuando te enojes…


“Cuando te enojes, vuelve a ti mismo y cuida de tu ira.
Y cuando alguien te haga sufrir, regresa a ti mismo y cuida de tu sufrimiento.
No digas ni hagas nada, porque cualquier cosa que digas o hagas en un estado de ira podría estropear más tu relación. 
La mayoría no lo hacemos, no queremos volver a nosotros mismos, sino perseguir a esa persona para castigarla.
Pero si tu casa se está incendiando, lo más urgente es volver a ella e intentar apagar el fuego, y no echar a correr detrás del que crees que la ha incendiado, porque si lo haces, tu casa se quemará mientras te dedicas a atraparle. "

- Thích Nhat Hạnh


Amor extravagante


106. Amor extravagante             
 Solo los tontos saben lo que es el amor; solo ellos, porque el amor es una especie de locura.
Quizá jamás habéis alcanzado una cumbre de amor y lo anheláis mucho. Habéis estado enamorados, pero jamás ha sido extravagante, nunca ha sido fantástico ni desmesurado.
Ha sido tibio. No era como un fuego que consume. Estabais en él, pero no fuisteis destruidos por él; lograsteis arreglaros. Habéis sido inteligentes en él, no habéis sido tontos. Solo los tontos saben lo que es el amor; solo ellos, porque el amor es una especie de locura.
Si sois demasiado inteligentes, solo lo podéis permitir hasta cierto punto y luego os detenéis. Toda vuestra mente dice: «Esto ya es excesivo. Ir más allá es peligroso». El amor solo conoce una experiencia satisfactoria, y esta es llegar hasta la misma cumbre, hasta la cima definitiva, incluso una vez. Entonces se produce un gran cambio en la energía. Conocer el amor una vez en su clímax es suficiente; luego no hay necesidad de entrar en él una y otra vez. Simplemente cambia todo vuestro ser. La sexualidad desaparece, y cuando esto sucede, uno se vuelve sensible. La sexualidad no es muy sensible; es muy cruda, descarnada. No es un estado de ser muy refinado. La energía descarnada sigue ahí.
Así que sed menos inteligentes. Olvidaos de la inteligencia; ¡sed más atolondrados!

Osho

Abril 16


¿Por qué no hacer lo que te gusta hacer en la vida, siempre que no dañe a alguna otra alma y te reporte bien a ti y a todas aquellas almas por las que te preocupas? Aprende a hacer cada cosa a su debido tiempo, de la forma adecuada y sin grandes tensiones o esfuerzos. Los niños pequeños saben cómo disfrutar de la vida. Hazte como un niño pequeño que no tiene inhibiciones y aprende a disfrutar de la vida sin ninguna restricción, preocupación o inseguridad. No hagas las cosas siempre porque creas que han de hacerse o que tú las has de hacer. Cuando se hace algo de manera compulsiva, desaparecen el gozo y el placer. Aprende todo por el gusto de hacerlo. Entrégate todo lo que debas por el mero gusto de darte y por el mero gusto de vivir, y comprueba cuán diferente te resultará la vida.

Eileen Caddy

13 dic - Sta Filomena