Si fluyes vives sin esfuerzo.
Si empujas, vives esforzándote.
Si fluyes estás conectado en
el aquí y el ahora, como los niños. Si empujas vives en el futuro, perdiéndote
el presente (que se llama así, justamente porque es un regalo).
Si fluyes los momentos se
hacen intensos y el tiempo se alarga. Si empujas, no hay instantes, pues tu
percepción no los retiene, porque te avanzas en el tiempo.
Si fluyes la vida toma una
intensa luminosidad, donde se aprecia lo bello en las cosas más pequeñas. Si
empujas, la vida a tu alrededor se vuelve borrosa por efecto de la velocidad.
Si fluyes creas. Si empujas,
trabajas.
Si fluyes, tus sentidos se
muestran en alerta y tu conciencia abierta a la sorpresa y la curiosidad. Si
empujas, limitas tu campo de visión y puedes llegar a la obsesión.
Si fluyes vives desapegado de
cadenas emocionales y mentales. Si empujas, te mueves por la irrefrenable
fuerza de atracción de un apego.
Si fluyes estás abierto al
universo infinito de las posibilidades. Si empujas, te auto limitas impidiendo
que el vasto universo se te manifieste.
Si fluyes trasciendes los
límites de tu propia realidad. Si empujas, vives dentro de la jaula de una
versión cultural limitada de entender la realidad.
Si fluyes vives la magia
sorprendente, rica y abundante de la incertidumbre. Si empujas, vives bajo la
falsa creencia de intentar controlar el flujo de la vida.
Si fluyes vives desde el
corazón, donde habita tu Yo verdadero. Si empujas vives desde la mente, donde
habita el Yo de los otros.
Si fluyes te alineas con la
magia de la vida, conectándote con tu poder interior de generar la vida que
deseas vivir. Si empujas, cedes el poder a los otros.
Si fluyes vives sin miedos. Si
empujas, vives lleno de miedos.
Si fluyes es que crees en Ti.
Si empujas, es que no crees en Ti.
Si fluyes Eres. Si empujas,
dejas de Ser.
Si fluyes crees en la Vida. Si
empujas, es que un día dejaste de creer en ella.
Si fluyes es que tienes alas y
por tanto eres un Ser Alado. Si empujas, es que seguramente perdiste las alas,
ya sea por distracción, ya sea porque te las amputaron.
La buena noticia es que las
alas siempre rebrotan en tu espalda. Pero sólo si estás conectado con el único
momento de la vida que tienes: el ahora. Este es el secreto para fluir, y dejar
de empujar.
Para fluir debes de cambiar el
rumbo de tu viaje. Deja de viajar hacia fuera, y comienza a viajar hacia
adentro. Viajar hacia fuera es viajar constantemente deslumbrado por el
espejismo del falso profeta llamado futuro. Viajar hacia dentro de ti es
conectarte con el momento presente, al encuentro del verdadero maestro: Tú
mismo
-duendes avalon-