165 Salvaje
El amor es salvaje, y en cuanto uno intenta
domesticarlo, resulta destruido. Es un remolino de libertad, de salvajismo, de
espontaneidad.
No podéis dirigir y controlar
el amor. Controlado, está muerto. Solo puede ser controlado cuando ya lo habéis
matado. Si está vivo, os controla, no al revés. Si está vivo, os posee.
Simplemente estáis perdidos en él porque es más grande y vasto que vosotros,
más primigenio, más fundacional.
Así que recordadlo, porque del
mismo modo llega Dios. Del modo en que os llega el amor, así os llega Dios.
Dios también es salvaje... más que el amor. Un Dios civilizado no es un Dios.
El Dios de la iglesia, el del templo, no es más que un ídolo. Dios ha
desaparecido de allí hace mucho tiempo, porque no hay modo de aprisionar a Dios
en un templo o en una iglesia. Para Dios, esas son tumbas.
Si queréis encontrar a Dios,
deberéis estar disponibles a la energía salvaje de la vida. El amor es el
primer vislumbre, el inicio del viaje. Dios es el clímax, la culminación, pero
Dios llega como un remolino. Os arrancará de cuajo, os poseerá. Os aplastará en
piezas. Os matará y resucitará. Ha de ser ambas cosas: la cruz y la
resurrección.
DÍA A DÍA, 365 meditaciones para el aquí y el ahora. Osho