"La
mujer de muy pocos recursos económicos, vivía en una humilde casa con su nieta,
que estaba muy enferma.
La niña empeoraba cada día, después de haber agotado todos los remedios de
la abuela; con mucho dolor en el corazón decidió dejar sola a su nieta para ir
a pie hasta la ciudad, en busca de ayuda.
En el único hospital público de la región, le dijeron que los médicos no podían
trasladarse hasta su casa, que ella tenía que traer a la niña para ser
examinada.
Desesperada por saber que su nieta no conseguiría siquiera levantarse de la
cama se retiró y, al pasar por una iglesia decidió entrar.
Algunas señoras estaban arrodilladas haciendo sus oraciones. Ella también se
arrodilló.
Escuchó las oraciones de aquellas mujeres y cuando tuvo oportunidad, también
alzó su voz y dijo:
Hola Dios, soy yo María. Fíjese Señor, que mi nieta está muy enferma. Yo
quisiera que usted fuese para allá a curarla. Por favor, Dios, anote la
dirección.
Las señoras se sorprendieron con esa oración y continuaron escuchando.
Es muy fácil, solamente es seguir el camino de las piedras y cuando pase el río
con un puente usted entra en la segunda calle de terracería. Pasa la tiendita.
Mi casa es el último jacal de esa callecita.
Las otras señoras, que estaban pendientes de la oración se esforzaban para no
reír. Ella continuó:
Mire Dios, la puerta está cerrada, pero la llave está abajo del tapetito rojo
de la entrada. Por favor Señor, cure a mi nietecita. Gracias.
Y cuando todas pensaron que ya había acabado ella agregó:
Ah. Señor, por favor, no se olvide de colocar la llave de nuevo abajo del
tapetito rojo, si no, yo no voy a poder entrar a la casa. Muchas, muchas
gracias.
Después que Doña María se fue, las demás señoras soltaron la carcajada y se
quedaron murmurando, lo deplorable que es ver que las personas no saben ni
orar.
Cuando Doña María llegó a su casa no se pudo contener de tanta alegría al ver a
la niña sentada en el piso jugando con sus muñecas.
¿Ya estás de pie?.
Y la niña, mirándola cariñosamente le contestó:
Un médico estuvo aquí abuelita. Me dio un beso en la frente y dijo que iba a
mejorar. Él, era tan hermoso abuela. Su ropa era tan blanca que parecía hasta que
brillaba.
¡Ah!. Y Él te mandó decir, que si fue fácil encontrar nuestra casa y que iba a
dejar la llave debajo del tapetito rojo como tú se lo pediste.
MORALEJA: Dios no quiere palabras bonitas. Él quiere palabras sinceras"...
autor desconocido
15 frases de Eckhart Tolle
para recordar,
reflexionar y practicar:
- El pasado no tiene poder sobre el momento
presente.
- El aburrimiento, la ira, la tristeza o el
miedo no son ‘tuyos’, no son personales. Son condiciones de la mente
humana. Vienen y van. Nada que viene y va eres tú.
- Algunos cambios parecen negativos, pero pronto
te darás cuenta del espacio que está siendo creado en tu vida para que
algo nuevo emerja.
- La causa primaria de la infelicidad nunca es
la situación, sino tus pensamientos acerca de ella.
- Conocerte a ti mismo como el ser bajo el
pensador, la quietud debajo del ruido mental, el amor y la alegría por
debajo del dolor, es libertad, salvación e iluminación.
- Siempre di “si” al momento presente. ¿Qué
podría ser más inútil, más loco, que crear una resistencia interna a lo
que ya es? ¿Qué podría ser más loco que oponerse a la vida misma, la cual
es ahora y siempre ahora? Ríndete a lo que es. Di “si” a la vida – y mira
cómo ésta empieza inesperadamente a trabajar para ti en lugar de en tu
contra.
- Ser espiritual no tiene nada que ver con lo
que crees y todo que ver con tu estado de consciencia.
- La única cosa que siempre tendrás es ahora
(momento presente).
- Acepta – luego actúa. Lo que sea que el
momento presente contenga, acéptalo como si lo hubieras escogido. Siempre
trabaja con él, no en su contra.
- No te conviertes en bueno tratando de ser
bueno, sino encontrando la bondad que ya está dentro de ti y permitiendo
emerger esa bondad. Pero sólo puede emerger si algo fundamental cambia en
tu estado de consciencia.
- Tan pronto como honras el momento presente,
toda infelicidad y lucha se disuelven, y la vida empieza a fluir con
alegría y facilidad. Cuando representas la consciencia del momento
presente, lo que sea que hagas se impregna de un sentido de calidad,
cuidado y amor – aún la acción más simple.
- El momento en el que el juicio se detiene a
través de la aceptación de lo que es, estás libre de la mente. Haz creado
espacio para el amor, el gozo y la paz.
- El amor es un estado del Ser. Tu amor no está
fuera; está profundo en tu interior. Nunca puedes perderlo, y nunca puede
abandonarte. No es dependiente de algún otro cuerpo o forma externa.
- Cuando no cubres el mundo con palabras y
etiquetas, un sentido de lo milagroso regresa a tu vida. Lo cual se perdió
hace mucho tiempo cuando la humanidad, en lugar de usar el pensamiento,
fue poseída por éste.
- Que liberador es darse cuenta que ‘la voz en mi cabeza’ no es quien soy. ‘Entonces, quién soy?’ Soy el que ve eso/se da cuenta de ello.
Eckhart Tolle
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