257. HABLAR 14.09
Si no tenéis ganas de hablaré no lo
hagáis... no digáis ni una sola palabra que no surja de manera espontánea. No
os preocupéis si la gente considera que os estáis volviendo locos. Aceptadlo.
Si cree que os habéis vuelto tontos, ¡aceptadlo y disfrutad de vuestro
atontamiento!
El verdadero problema radica
en las personas que no paran de hablar y no saben de qué hablan o por qué.
Siguen hablando porque no pueden parar. Pero si cobráis un poco de conciencia
sobre todas las tonterías y el problema que continúa en la mente, en cuanto
sois conscientes de que no hay, nada que decir, que todo parece una
trivialidad, entonces titubeáis. Al principio da la impresión de que estáis
perdiendo la capacidad de comunicaros... no es así. De hecho, la gente no habla
para comunicarse, sino para evitar la comunicación. No tardaréis en ser capaces
de comunicaros de verdad. Esperad y no forcéis nada.
Que no os preocupe el
silencio. Nos ocurre porque toda la sociedad existe para hablar, por el
lenguaje, y las personas que son muy articuladas en el habla alcanzan un puesto
de poder: son líderes, eruditos, políticos, escritores. Uno no tarda en sentir
miedo de estar perdiendo el dominio del lenguaje, pero no os preocupéis. El
silencio es estar asido a Dios, y una vez que sabéis qué es el silencio, ya
tenéis algo de qué hablar.
En cuanto os hayáis adentrado
en el silencio, entonces vuestras palabras tendrán sentido por primera vez.
Dejan de ser palabras vacías, están llenas con algo del más allá. Poseen un
aura de poesía, una danza... llevan con ellas vuestra gracia interior.
Osho - DÍA A DÍA,
365 meditaciones para el aquí y el ahora.