Dignidad


Ella le preguntó: "¿A cuánto estás vendiendo los huevos?"
El viejo vendedor respondió: "0,10€ un huevo, señora".
Ella le dijo: "Cogeré 6 huevos por 0,50€ o me iré".
El viejo vendedor respondió: "Ven y llévalos al precio que quieras".
Puede ser, este es un buen comienzo porque hoy no he podido vender ni un solo huevo.

Ella tomó los huevos y se fue sintiendo que había ganado. Se subió a su lujoso coche y se fue a un elegante restaurante con su amiga. Allí, ella y su amiga, pidieron lo que les gustaba.
Comieron un poco y dejaron mucho de lo que pidieron. Después ella fue a pagar la cuenta. La factura le costó 400€. Ella dio 500€ y le dijeron al dueño del restaurante que se quedara con el cambio.

Esto puede parecer bastante normal para el propietario pero, muy doloroso para el vendedor de huevos.

La cuestión es:
¿Por qué siempre demostramos que tenemos el poder cuando compramos a los necesitados? ¿Y por qué somos generosos con aquellos que ni siquiera necesitan nuestra generosidad?

Una vez leí en alguna parte:

"Mi padre solía comprar productos simples a los pobres a precios altos, aunque no los necesitaba. A veces solía pagarles más. Me preocupé por esto y le pregunté por qué lo hacía. Entonces mi padre respondió: "Es una caridad envuelta en dignidad, hija mía"


Anónimo

El hilo


110. El hilo         
Este es el trabajo para un meditador: encontrar el hilo.
El mundo se encuentra en un flujo constante, es como un río, fluye, pero detrás de todo ese flujo y cambio debe haber un hilo conductor que mantiene todo unido. El cambio no es posible sin algo que permanezca absolutamente inmutable. El cambio solo puede existir en un elemento de no cambio, de lo contrario las cosas se desmoronan.
La vida es como una guirnalda: no veis el hilo que corre entre las flores, pero está ahí, manteniéndolas unidas. Si no estuviera, las flores se desmoronarían; habría un montón de flores pero no una guirnalda. Y la existencia no es un montón, es un patrón muy bien trazado. Las cosas cambian, pero existe algún elemento inmutable que mantiene una ley cósmica detrás de todo. Esa ley cósmica se llama sadashiva, el Dios eterno, el Dios atemporal, el Dios inmutable. Y ese es el trabajo para un meditador: encontrar el hilo.
Solo hay, dos tipos de personas: una queda demasiado cautivada por las flores y olvida el hilo. Lleva una vida que no puede tener un valor o un significado duraderos, porque sin importar lo que haga, se desvanecerá. Hoy lo hará, mañana no estará. Será alzar castillos de arena o botar barcos de papel. El segundo tipo de hombre busca el hilo y dedica toda su vida a aquello que siempre permanece; jamás es un perdedor.

Osho

Abril 20


Haz todo lo que emprendas con Mi bendición. Nunca te precipites a hacer algo sin buscar en primer lugar Mi bendición. Entra en el silencio y siéntete rodeada de paz y de serenidad, y en ese estado de perfecta paz pide Mi bendición y recíbela. Después, avanza con fe y confianza absolutas y haz lo que haya de hacerse. Quiero que sepas que YO ESTOY contigo a lo largo de todo el camino y que  todo saldrá a  la perfección. Cuanto mayor es la tarea a realizar, mayor es tu necesidad de Mi bendición. ¿Por qué no empezar poniéndome en todas las pequeñas áreas de tu vida y, gradualmente, incluirme en áreas cada vez más grandes hasta que por último no des un paso sin buscarme primero y buscar Mi plena bendición? Prepárate a dar grandes pasos en situaciones aparentemente imposibles, pero no temas, porque Yo voy delante de ti para preparar el camino. Mantén tu conciencia elevada, mantén tu contacto conmigo, y queda absolutamente libre de todo temor en todo lo que emprendas, sea lo que sea.

Eileen Caddy

13 dic - Sta Filomena