255. CANCIÓN DE DIOS
12.09
Todos somos canciones diferentes del mismo
cantor, gestos diferentes del mismo bailarín.
Cada ser es una canción de
Dios: único, individual, incomparable, irrepetible, pero que procede de la
misma fuente. Cada canción posee su propio sabor, su propia belleza, su propia
música, su propia melodía, pero el cantor es el mismo. Todos somos canciones
diferentes del mismo cantor, gestos diferentes del mismo bailarín.
Empezar a sentir es
meditación. Entonces el conflicto desaparece, los celos se vuelven imposibles,
la violencia impensable, porque en todo el mundo solo están nuestros propios
reflejos. Si pertenecemos a la misma fuente, igual que todas las olas del
océano, entonces, ¿qué sentido tiene el conflicto, la competencia, los
sentimientos de superioridad, inferioridad y demás tonterías? Nadie es superior
ni inferior: todo el mundo es, simplemente, él o ella mismos.
Y todo el mundo es tan único
que jamás ha habido un individuo igual a vosotros antes y no existe la
posibilidad de que vuelva a existir alguien como vosotros. De hecho, ni
vosotros mismos sois iguales durante dos momentos consecutivos. Ayer erais una
persona diferente, hoy sois otra. Mañana nadie sabe.
Cada ser es un flujo, un
cambio constante, un río que fluye. Heráclito dice que uno nunca se puede bañar
en el mismo río dos veces. Y yo os digo que ni siquiera podéis hacerlo una sola
vez, porque el río fluye constantemente. Y el río representa la vida.
Osho - DÍA A DÍA,
365 meditaciones para el aquí y el ahora.