Necedad 28.07


209.       Necedad            
Esos momentos en que sentís que lo que estáis haciendo es una necedad son momentos muy raros de sabiduría.
Buscar es una necedad, porque ya tenemos aquello que buscamos. Meditar es una necedad, porque la meditación es un estado de no hacer. Preguntar es una necedad, porque la respuesta no puede venir del exterior... solo de vuestro corazón. De hecho, no puede llegar como respuesta, lo hará como desarrollo. Será un florecimiento de vuestro ser. Pero esos momentos en que sentís que es una necedad son momentos muy raros de sabiduría. No podéis sentiros necios siempre, ¡de lo contrario os iluminaríais!
En la tradición zen se repite una y otra vez el siguiente incidente, en cada época con cada maestro: alguien llega y afirma que quiere convertirse en un Buda y el maestro lo golpea con mucha fuerza... porque es una cuestión necia. A veces ha sucedido, si se encuentra realmente preparado y a punto, a veces ha sucedido que con el primer golpe del maestro la persona se ha vuelto iluminada. Ha sido capaz de ver en ese golpe que era una necedad preguntar cómo llegar a ser un Buda, ¡porque ya era Buda!
De modo que estas cosas le van a suceder a cada buscador. Al meditar, de pronto hay un rayo de luz y veis que es una necedad. Pero son momentos muy raros de sabiduría aquellos en los que os sentís necios. Solo un hombre sabio puede sentirse necio. Los necios jamás sienten que lo son; creen que son sabios. Esa es la definición de un necio: se considera sabio. Y un hombre sabio ha llegado a saber que todo es una necedad.
Osho  - DÍA A DÍA,  365 meditaciones para el aquí y el ahora. 

Julio 28

Ora sin cesar. Que tu vida sea una constante oración de amor y gratitud. La vida es muy, muy buena, pero has de recordar siempre que la vida es lo que haces de ella. Por eso, si eres negativa atraes la negatividad hacia ti, y una nube oscura cubre tu vida, separándote del más alto bien. Si eres constantemente positiva, viendo lo bueno en todas las personas y en todas las cosas, un cielo azul y el brillo del sol te rodearán y morarán en tu interior. Llena tu vida de amor, fe, esperanza y plenitud. Aprende a amar a la vida, porque cuando la amas, tu vida se convierte en una oración constante y en verdad oras sin cesar. La oración es tu comunión interna conmigo, cuando caminamos y hablamos juntos tal como lo hacíamos en el principio. La oración es el alimento del Espíritu, la fuente nutricia del alma. Es una profunda necesidad interna en todas las almas. Siente esa necesidad interna y dale una respuesta.
Eileen Caddy - La Voz Interior

13 dic - Sta Filomena