209. Necedad
Esos momentos en que sentís que lo que
estáis haciendo es una necedad son momentos muy raros de sabiduría.
Buscar es una necedad, porque
ya tenemos aquello que buscamos. Meditar es una necedad, porque la meditación
es un estado de no hacer. Preguntar es una necedad, porque la respuesta no
puede venir del exterior... solo de vuestro corazón. De hecho, no puede llegar
como respuesta, lo hará como desarrollo. Será un florecimiento de vuestro ser.
Pero esos momentos en que sentís que es una necedad son momentos muy raros de
sabiduría. No podéis sentiros necios siempre, ¡de lo contrario os iluminaríais!
En la tradición zen se repite
una y otra vez el siguiente incidente, en cada época con cada maestro: alguien
llega y afirma que quiere convertirse en un Buda y el maestro lo golpea con
mucha fuerza... porque es una cuestión necia. A veces ha sucedido, si se
encuentra realmente preparado y a punto, a veces ha sucedido que con el primer
golpe del maestro la persona se ha vuelto iluminada. Ha sido capaz de ver en
ese golpe que era una necedad preguntar cómo llegar a ser un Buda, ¡porque ya
era Buda!
De modo que estas cosas le van
a suceder a cada buscador. Al meditar, de pronto hay un rayo de luz y veis que
es una necedad. Pero son momentos muy raros de sabiduría aquellos en los que os
sentís necios. Solo un hombre sabio puede sentirse necio. Los necios jamás
sienten que lo son; creen que son sabios. Esa es la definición de un necio: se
considera sabio. Y un hombre sabio ha llegado a saber que todo es una necedad.
Osho - DÍA A DÍA,
365 meditaciones para el aquí y el ahora.