53. Relacionarse
Cuanto más os centráis, más relajados os volvéis, y así existen más
posibilidades de entrar profundamente en una relación.
De hecho, sois vosotros quienes
entráis en una relación. Si no estáis ahí -tensos, tullidos, preocupados y fragmentados-,
¿quién va a adentrarse en la relación? Debido
a nuestra fragmentación, tememos adentrarnos
en una relación, entrar en capas más profundas, porque entonces nuestra realidad
quedará revelada. Entonces tendréis que abrir el corazón, y este no es más que fragmentos.
No hay una sola persona dentro de vosotros... sois multitud. Si de verdad amáis
a otro y abrís el corazón, el otro pensará que sois un público, no una persona...
ese es el temor.
Esa es la causa de que las personas
no dejen de tener relaciones casuales. No quieren profundizar mucho; solo quieren
tocar la superficie y escapar antes de que algo se convierta en un compromiso. Entonces
únicamente se puede tener sexo... y este también empobrecido. Es superficial. Solo
hay un encuentro de límites, pero eso no es amor... puede que una liberación corporal,
una catarsis, pero nada más que eso.
Si una relación no es muy íntima,
podemos mantener nuestras máscaras con facilidad... los rostros sociales funcionan
bien. Entonces, cuando sonreís, no hay verdadera necesidad de que lo hagáis, ya
que solo sonríe la máscara. Si realmente queréis profundizar, entonces hay peligros.
Deberéis ir desnudos... lo que significa con todos los problemas interiores revelados
ante el otro.
Osho
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