Cuando un niño pequeño
empieza a andar, da unos pocos pasos vacilantes antes de ganar confianza, y a
medida que lo hace sus pasos se vuelven cada vez más firmes y seguros hasta
que, con el tiempo, puede caminar sin caerse. Enseguida aprende a correr y a
saltar, pero se ha de alcanzar un estadio cada vez. Así también con la fe. Se
ha de construir gradualmente; no llega por completo de una vez. A medida que
pongas tu fe a prueba, ésta irá creciendo hasta que seas capaz de dar un salto
y vivir por entero según la fe porque tu seguridad encuentre su suelo y sus
raíces en Mí. Sabes que puedes hacer todas las cosas conmigo, porque soy Yo el
que, obrando en ti y a través de ti, hago que sucedan, pues por tu propia
fuerza tú no podrías hacerlas. Reconoce siempre tu fuente de socorro, fuerza e
inspiración, y nunca dejes de dar gracias por ella. No des nada por hecho sino
reconoce mi mano en todas las cosas.
Eileen Caddy
No hay comentarios.:
Publicar un comentario