108. Círculo de limitación
Si creemos
que estamos limitadas, funcionamos como seres humanos limitados. En cuanto nos
desprendemos de esa creencia necia, comenzamos a funcionar como seres
ilimitados.
Habéis trazado vuestro propio círculo. Sucede con los gitanos... Los
gitanos están en un constante movimiento... son un pueblo errante. De modo que
cuando los mayores entran en una ciudad, trazan círculos alrededor de sus hijos
y les dicen: «Sentaos aquí. No podéis salir de esto. Es un círculo mágico». Y
los niños gitanos no pueden abandonarlo... ¡les resulta imposible! Luego crecen
y crecen y se convierten en ancianos, e incluso entonces, si sus padres trazan
un círculo, los ancianos no pueden salir de él. Creen... Y cuando se cree,
funciona.
Os sorprende esta necedad y estáis convencidos de que es algo que a
vosotros no se os podría hacer. Alguien traza un círculo y de inmediato saltáis
fuera de él; no sucederá nada. Pero desde la misma infancia esos viejos gitanos
han sido condicionados para ello. Con ellos funciona, es una realidad, ya que
la realidad es aquello que os afecta. Para la realidad no existe otro criterio.
De modo que la limitación es un concepto. La gente tiene creencias
erróneas y entonces funciona erróneamente. Cuando esto sucede, busca una razón.
Se topa con la creencia y se dedica a enfatizarla: «Funciono erróneamente por
esto». Eso se convierte en un círculo
vicioso. Luego se ve más limitada. Desprendeos por completo de esa idea.
Simplemente es un círculo que vosotros u otros habéis ayudado a trazar a
vuestro alrededor.
Osho
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