Que las palabras de tu boca y las meditaciones de tu corazón sean
aceptables para Mí en todo momento. Mejor estar callada y no decir nada que
abrir la boca y consentir que salgan de tus labios palabras carentes de guía de
las que quizá te hayas de arrepentir nada más decirlas. Hablar a destiempo
puede ocasionar un daño y un sufrimiento innecesarios; por eso, aprende a
controlar tu lengua, y cuenta hasta diez antes de abrir la boca. Se tarda menos
de un segundo en decir algo hiriente, pero se tarda mucho en curar esa herida.
Cuando aprendas a hacerlo todo para Mí y para Mi honor y gloria, no te
equivocarás. Si tan sólo inviertes tiempo y eres muy paciente, verás la chispa
divina en el interior de todas las personas. A continuación podrás avivar esa
chispa sin intentar jamás extinguirla mediante tu crítica, intolerancia y falta
de comprensión. Sabrás que todas las almas son iguales bajo Mi mirada.
Eileen Caddy (la Voz Interior)
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