159 Adoración
La actitud de la adoración es algo que debe sentirse.
Por lo general es algo que ha desaparecido del mundo. La gente ha olvidado por
completo cuál es su significado verdadero.
La adoración es un enfoque
hacia la realidad con el corazón de un niño: nada calculador, ni taimado ni
analítico, sino lleno de asombro, de una tremenda sensación de maravilla. Os
rodea una sensación de misterio... la sensación de la presencia de lo oculto
que hay en la existencia, que las cosas no son lo que parecen. La apariencia no
es más que la periferia. Mucho más allá de la apariencia se oculta algo de
tremenda importancia.
De modo que cuando un niño
corre en pos de una mariposa, lo hace con actitud de adoración. O cuando llega
a un camino y de pronto se encuentra con una flor, una flor corriente, pero a
la que observa con profundo asombro. O cuando se topa con una serpiente y se
descubre atónito y lleno de energía. Cada momento aporta sorpresa. No da nada
por hecho; esa es la actitud de la adoración.
Jamás deis algo por sentado.
En cuanto empezáis a adoptar ese enfoque, os asentáis. El niño que lleváis
dentro empieza a desaparecer, vuestro asombro se muere, y cuando no hay asombro
en el corazón, no puede haber adoración.
La adoración significa que la
vida es misteriosa, tanto que realmente no hay modo de entenderla. Supera la
comprensión. Todos nuestros esfuerzos fallan. Y cuanto más intentamos saber,
más incognoscible parece.
DÍA A DÍA, 365 meditaciones para el aquí y el ahora. Osho
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