163 Ser herido
Millones de personas han decidido no ser
sensibles. Han desarrollado pieles gruesas a su alrededor para evitar que
alguien los hiera. Pero a un gran precio. Nadie los puede herir, pero nadie los
puede hacer felices tampoco.
Cuando empezáis a abriros,
habrá dos cosas disponibles: a veces estará nublado y otras resplandecerá el
sol. Pero si permanecéis cerrados en vuestra cueva, entonces no habrá nubes ni
sol. Es bueno salir, bailar con el sol, y, sí, también sentirse a veces triste
con las nubes... y a veces soplará un viento fuerte. Cuando salís de la cueva,
todas las cosas son posibles, y una de ellas es que la gente os puede herir...
pero esa es solo una de ellas.
No penséis mucho en ello, de
lo contrario os volveréis a cerrar. Hay millones de cosas; pensad también en
eso. Seréis más felices, más cariñosos. Estaréis más disponibles, y la gente
estará más disponible para vosotros. Seréis capaces de reír, podréis celebrar.
Pensad en mil y una cosas. ¿Por qué elegir solo una, que la gente os herirá?
Cuando salís de la habitación,
ahí afuera está todo el universo, ¿y no pensáis en la Luna y las estrellas,
sino solo en infecciones? Entonces sentiríais un temor desproporcionado. Sí,
hay infecciones. Pero cuando salís al exterior, salís al exterior; el sol os
aportará sus vitaminas y el viento podría arrastrar algunas infecciones. Todo
es posible, pero eso es la vida.
DÍA A DÍA, 365 meditaciones para el aquí y el ahora. Osho
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