No puedes jugar al tenis
quedándote plantada con una raqueta y una pelota en tus manos. Tienes que
levantar la raqueta y golpear la pelota hasta que pase la red. Tienes que
entrar en acción. Así también con la fe. Tienes que hacer algo para demostrarte
a ti misma que funciona y que vives según ella. Cuanto más lo intentes y te des
cuenta de que funciona, más confianza ganarás hasta que estés dispuesta a dar
cualquier paso con fe, sin vacilación, al saber que lo estamos dando juntos, y
cualquier cosa es posible cuando estés dispuesta a obrar así. Tienes que tener
fe en tu capacidad de nadar antes de sumergirte en aguas profundas con completa
confianza; de otro modo te ahogarías. Tienes que tener fe en tu capacidad de
vivir según la fe antes de poder hacerlo. La fe engendra fe. ¿Cómo puedes saber
si puedes confiar en Mí si no lo intentas y compruebas si es así?
La Voz Interior Eileen Caddy
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