Vergüenza


333.   Vergüenza              29.11
Aquello de lo que estamos avergonzados es lo que no dejamos de esconder en nuestro interior; en el inconsciente. Va penetrando cada vez más en nuestro ser, circula por nuestra sangre, no cesa de manipularnos entre bambalinas.

Si queréis reprimir, reprimid algo hermoso. Nunca reprimáis algo que os avergüence, porque sea lo que fuere lo que reprimáis, es profundo, y lo que sea que expreséis se evaporará en el cielo. Así que expresad aquello que os avergüence, para eliminarlo de una vez. Lo que sea hermoso guardadlo como un tesoro en vuestro interior, para que no deje de influir en vuestra vida.
Pero siempre hacemos lo contrario. No dejamos de expresar lo que es hermoso; de hecho, nos excedemos. Expresamos más que lo que hay. No paráis de decir: «Asno, amo, amo», y quizá ni siquiera sea tanto. Pero no dejáis de reprimir la ira, el odio, los celos, la posesividad, y poco a poco descubrís que os habéis convertido en todo lo que habéis reprimido, y entonces surge una profunda culpabilidad.
No hay nada de qué estar avergonzados; todo es perfecto tal como está. No puede haber un mundo más perfecto que este. Ahora mismo, este momento es el clímax de toda la existencia, la misma matriz alrededor de la cual gira todo. Nada puede ser más perfecto, así que relajaos y disfrutad.
Abrid vuestras puertas al sol, al aire, al cielo... no las cerréis jamás. Entonces siempre os renovará un aire fresco, os iluminarán nuevos rayos de sol. Dejad que el tráfico de  la existencia pase por vosotros. Nunca seáis un camino cerrado, de lo contrario solo acumularéis muerte y polvareda. Desprendeos de toda noción de vergüenza y nunca juzguéis nada.
Osho  - DÍA A DÍA,  365 meditaciones para el aquí y el ahora.

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13 dic - Sta Filomena