362. No dejéis de ser aventureros 28.12
Nunca dejéis de ser aventureros. Ni por un
momento olvidéis que la vida es de aquellos que son exploradores. No pertenece
a lo estático, sino a lo que fluye. Nunca os convirtáis en una represa, sed
siempre un río.
La mente no es capaz de
enfrentarse a lo nuevo. No puede conjeturar qué es, no puede encajarlo en
categorías, no puede etiquetarlo; lo nuevo la desconcierta. La mente pierde
toda su eficiencia cuando se enfrenta a algo nuevo.
Con el pasado, con lo viejo,
con lo familiar, se encuentra muy a gusto, porque sabe qué es, cómo
comportarse, qué hacer, qué no hacer. Es perfecta en lo conocido; se mueve en
un territorio bien recorrido. Incluso puede moverse en la oscuridad; la
familiaridad ayuda a que la mente no tenga miedo. Pero hay que entender el
siguiente problema: como la mente nunca tiene miedo con lo conocido, no os
permite crecer. El crecimiento es para lo nuevo, y la mente solo está relajada
y sin temor con lo viejo. De manera que se aferra a lo antiguo y evita lo
nuevo. Lo viejo parece sinónimo de vida y lo nuevo de muerte; ese es el modo
que tiene la mente de contemplar las cosas. Debéis hacerla a un lado.
La vida nunca permanece
estática, todo está cambiando: hoy está allí, mañana quizá no. Tal vez volváis
a encontrarlo, ¿quién sabe cuándo? Tal vez requiera meses, años o vidas. De
modo que cuando la oportunidad llame a vuestra puerta, no la dejéis escapar.
Que esto se convierta en una ley fundamental: elegid siempre lo nuevo ante lo
viejo. Lo viejo es conveniente, cómodo, pero en ello no hay crecimiento. Lo
viejo es viejo, está muerto v acabado; es vuestra tumba.
Osho -
DÍA A DÍA, 365 meditaciones para el aquí y el ahora.
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