38. Incondicional
En cuanto sabéis
qué es el amor, estáis
listos para dar; porque sabéis
que cuanto más dais, más tenéis.
Cuanto más le ofrezcáis
a los demás, más irá surgiendo en vuestro ser
El amor jamás se molesta mucho en pensar si el otro es o
no merecedor de recibir. Esas son cosas mezquinas, actitudes mezquinas. El amor
jamás es mísero.
La nube jamás se molesta en meditar si la tierra es
merecedora de recibir su don. Llueve sobre las montañas, llueve sobre las
rocas, llueve por doquier. Da sin poner ninguna condición, sin ataduras.
Y así es el amor: simplemente da, disfruta dando. Quienquiera
que esté dispuesto a recibir, recibe. No necesita merecerlo, no necesita estar
en una categoría especial, no necesita cumplir ningún requisito. Si todas estas
cosas fueran necesarias, entonces lo que dais no es amor. Debe de ser otra cosa
y aún desconocéis qué es el amor. En cuanto sabéis qué es el amor, estáis
listos para dar; porque sabéis que cuanto más dais, más tenéis. Cuanto más le
ofrezcáis a los demás, más irá surgiendo en vuestro ser.
La economía corriente es totalmente diferente: si dais
algo, lo perdéis. Si queréis tenerlo,
evitad darlo. Recogedlo, sed mezquinos. Es el caso opuesto que con el amor: si
queréis tenerlo, no seáis tacaños; de lo contrario, estará muerto, se
estancará; apestará, morirá. Seguid dando, y se os manifestarán fuentes nuevas,
corrientes frescas fluirán a vuestro ser. Cuando vuestro acto de dar es
incondicional, total, la totalidad de la existencia empieza a entrar en
vosotros.
Osho
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