El anciano, el niño y el burro
(cuento tradicional)
Un abuelo y su nieto
emprendieron un viaje y se hicieron acompañar por un jumento que les hiciera
más liviano el recorrido. Decidió el abuelo que el niño fuera montado en el
burro para que no se cansara y él caminaría al lado del animal. Cuando pasaron
por el primer pueblo, los lugareños empezaron a exclamar: - ¡Qué vergüenza! ¡Lo
que hay que ver! El pobre anciano debe ir a pie, mientras el niño lo hace sobre
el burro. ¡Es inadmisible!
Ante tales comentarios
decidieron que el abuelo fuera sobre el burro y el niño a pie. Pasaron por otro
pueblo y los habitantes del mismo, al verlos pasar, dijeron: - ¡Qué falta de
caridad! ¡Es inexcusable! El hombre cómodamente viajando sobre el burro y deja
que el niñito vaya a pie.
El abuelo y el niño optaron entonces
por subirse los dos al burro y al pasar por una aldea, los aldeanos empezaron a
increparles: - ¡Sois unas malas personas! ¡Qué crueldad! ¡Pobre burro! ¡Los dos
subidos sobre él! ¡Mereceríais que os diéramos una paliza!
Entonces el abuelo y el nieto
decidieron caminar junto al animal, sin montarlo. Al pasar por otro pueblo, la
gente se burló de ellos: - ¡Qué par de tontos! ¡Vaya bobos! ¡Tienen un burro y
ninguno de los dos se sube a él! Por lo menos el viejo debería dejar que se subiera
el niño.
Mientras seguían impasibles su
camino, el anciano le dijo al muchacho: - Querido nieto, ¡ojalá las personas
fueran tan fieles y bondadosas como ese animal que nos acompaña! Pero saca de
esto una lección para tu vida: hagamos lo que hagamos siempre habrá gente
desaprensiva que nos criticará.
ANÓNIMO
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